«Desde 1997 con la aprobación de la Ley 388, en las ciudades de Colombia con una población mayor a 100.000 habitantes fue requerida la elaboración de un Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Tras una década de su formulación, los POT de primera generación han sido criticados en medios de comunicación y trabajos académicos por beneficiar desproporcionadamente a agentes privados como grandes propietarios de suelo o promotores inmobiliarios de gran escala en desmedro de comunidades locales, el medio ambiente, la gestión de riesgo, o el suministro sostenible de servicios públicos.

Las innovaciones acerca de indicadores cuantitativos de referencia para un crecimiento urbano inteligente, sumado al avance tecnológico en sistemas de información geográfica (SIG) constituyen una oportunidad para mejorar estos procesos. Estas tecnologías han permitido el surgimiento de diferentes “Sistemas de Soporte a la Planeación” (SSP) que permiten ahora no solamente la formulación de datos básicos sobre ciudad, sino también pueden incorporar el conocimiento de las comunidades o profesionales locales de manera convincente, por ejemplo, a través del desarrollo de diferentes “escenarios.” Es necesario resaltar que, en materia de ordenamiento territorial, los SSP se constituyen en una herramienta fundamental para cuantificar y espacializar sus objetivos estratégicos. Solo a través de la construcción de indicadores económicos, sociales y espaciales que se puedan analizar geográficamente a través de escenarios es posible tomar decisiones acertadas y objetivas.

Los SSP también permiten complementar y potencial procesos más tradicionales de planificación urbana ya que al incorporar distintos escenarios desde el proceso de diagnóstico y formulación es posible diseñar planes, programas y políticas que permitan reaccionar al proceso de implementación del modelo ante la ocurrencia de imprevistos, minimizando el impacto de la incertidumbre. Un ejemplo de esto lo encontramos precisamente en el impacto que tuvo la pandemia COVID en las ciudades y en modelos de planificación relativamente “rígidos” de difícil adaptación en términos de diseño de políticas públicas. La pandemia por COVID-19 ha tenido efectos importantes en la movilidad en las ciudades, con intervenciones que han redistribuido el espacio urbano para orientar la ciudad a modos más sostenibles, el tema de proximidad y accesibilidad ha cobrado más relevancia en la planificación urbana, de manera que la flexibilización en la planificación y el manejo de escenarios se convierten en herramientas fundamentales para que las ciudades y territorios puedan adaptarse a nuevas situaciones y coyunturas.

De acuerdo con estos conflictos e innovaciones proponemos una mesa temática para el Seminario Internacional de ACIUR 2022 que discuta los avances y perspectivas de las herramientas SSP en Latinoamérica.»