«La transformación, de manera drástica, de las condiciones ecológicas del planeta Tierra hablan de la gran desconexión de los seres humanos con los ciclos de la vida. Hemos eliminado la mayor parte de lugares, a partir de los cuales, las distintas especies, humanas y no humanas, pueden reconstituirse después de padecer eventos extremos como la deforestación, la desertización, el aumento de ciclones tropicales, sequías o lluvias torrenciales. Poco a poco, hemos ido configurando escenarios de riesgo y afianzado las vulnerabilidades sociales, a tal punto de normalizarlas. Paradójicamente, esos hechos significan el reemplazo paulatino o acelerado de múltiples seres que dejan de existir, al tiempo que se profundiza la crisis alimentaria, que se manifiesta, entre otras variables, en la reducción de las cosechas mundiales y la amenaza de la desaparición de cultivos, lo que compromete la seguridad, soberanía y las autonomías alimentarias
Ante los peligros y las incertidumbres de los cambios se hace necesario y urgente conocer y respetar las reglas del mundo vivo, los ciclos de la naturaleza, la consideración del carácter complejo e interconectado de todo lo vivo. Lo que implica desandar los pasos de la desconexión con los ciclos de la vida, que hoy hace que hablemos de crisis civilizatoria.

La vulnerabilidad ha venido ganando interés, puesto que el cambio climático global está generando las condiciones para un incremento drástico y más acelerado del número de desastres a mediano y a largo plazo. Un problema de velocidad y tiempo.

Al reconocer los riesgos ambientales locales y globales, la idea de racionalidad científica ya no es suficiente, ni universalmente apropiada. Entra en declive como generadora de la verdad absoluta. De ahí que convocar al diálogo y a diferentes perspectivas y formas de conocimientos permite el despliegue de la interculturalidad. De este modo valorar el conocimiento local sobre el ambiente y su transformación como insumo de sabiduría igualitaria en el debate sobre riesgo y crisis climática se convierte en una oportunidad, para enfrentar y actuar ante los grandes desafíos que tenemos en lo urbano, lo rural y la escala regional.

Esta mesa busca dar cuenta de distintos procesos de educación ambiental, que integren conocimientos, con y para las personas, que permitan crear alertas tempranas, como resultado del diálogo de saberes y a través de procesos de construcción de ciencia ciudadana.

Ejes temáticos
– Vulnerabilidad y riesgo
– Crisis agroalimentaria y agroclimática
– Diálogos de saberes y ciencia ciudadana climática
– Gestión del riesgo y sustentabilidad ambiental»